La formación corporativa está experimentando un cambio sin precedentes, una evolución que se relaciona con la disrupción que nos trae la inteligencia artificial, las nuevas actitudes de consumo y las metodologías.
Ahora, más que nunca, la formación constante es una necesidad real y se sustenta en actualizar las competencias para el trabajo que existirá en el futuro. Empleados y empleadores coinciden en objetivos: el trabajador quiere el control de su propio desarrollo profesional, y las empresas consideran que en plena era de transformación digital la autoformación es un deber.
La inteligencia artificial está sentando las bases de una nueva sociedad, y vemos como poco a poco esa tecnología va llegando al ámbito corporativo. En este nuevo terreno de juego el departamento de RRHH adquiere un protagonismo especial, por algo tan importante como los datos de los empleados. No nos equivocamos si afirmamos que RRHH es una de las primeras áreas de la empresa que debe innovar. De hecho, 2017 ha sido el año del empleado “cyborg”, el año en el que las corporaciones han comenzado a implantar microchips a sus empleados. El siguiente paso tiene que ver con la retención del talento y la supervivencia del negocio.
Seguimos en plena recuperación económica y la inversión en tecnología ya no es una opción, es una necesidad. Ha llegado el momento de actuar. Tanto la organización en su conjunto, como los líderes empresariales, deben ofrecer a los empleados la autonomía que necesitan y hacer que el aprendizaje ocurra de manera natural como parte de sus tareas. También es la hora de que los técnicos de Formación y Desarrollo dispongan de un verdadero mapa del talento de sus empresas para anticipar el futuro y obrar en consecuencia.
La nueva formación corporativa viene influenciada por los hábitos de consumo, por la búsqueda, el descubrimiento y la personalización de la experiencia. Según los expertos, el gran reto es conseguir que la práctica de buscar y consumir formación sea tan gratificante como ver contenidos en Netflix o compartir listas en Spotify.
Pero, además de la tecnología, en la ecuación del nuevo aprendizaje hay otras variables fundamentales: la confianza y el tiempo. No habrá autonomía para el autodesarrollo sin una apuesta decidida por la confianza en los equipos. Y no habrá capacitación sin tiempo para adquirirla. Parecen variables sencillas, pero luego en la práctica resultan las más difíciles de implementar.
Según Josh Bersin, los LMS no fueron construidos para dar cabida a este nuevo concepto de formación. Actualmente muy pocos proveedores son capaces de ofrecer una plataforma de experiencias de aprendizaje que además conserve toda la arquitectura de un LMS tradicional. Cornerstone es uno de ellos.
Es el momento de la imaginación, la inteligencia y la innovación en el aprendizaje. ¡¡Atrévase y hágalo posible!!
Sobre el Autor
Sigue en Twitter Seguir en LinkedIn Más contenido de Marc Altimiras